CUI EN EL MUNDO
RUSIA: 10 artistas
1. Nikita Alekseev (Moscú, 1953) es uno de los autores rusos más consistente y legendario del conceptualismo en Moscú. Fundador y participante de las acciones de Collective Actions, de MANI (Moscow Archive of New Art ) y director de Apt Art Gallery (un espacio para el arte en su propio aparteamento). Sin duda uno de los artistas más carismáticos y fundamentales de la vida artística de Moscú. Sus instalaciones, pinturas, dibujos y performances fueron reunidas, en 2010 en una gran exposición en el Stella Art Foundation de su ciudad....
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2. ANATOLY OSMOLOVSKY (Moscú, 1969) es la principal figura del accionismo moscovita de los últimos 20 años. Una de las míticas acciones de este artista, teórico y comisario, fue la que le llevó, en 1993, a subirse al hombro del monumento del poeta Vladimir Mayakovsky, símbolo del régimen soviético, para recuperar su figura en el círculo de los artistas progresistas. Ha participado en numerosas bienales, entre ellas las de Moscú y Venecia. El pasado año pudimos ver sus trabajos en la exposición Monumento a la transformación, en el Centro Montehermoso de Vitoria.
3. DMITRY GUTOV (Moscú, 1960) es uno de los nombres habituales en las bienales más internacionales: ha participado en las de Estambul (1992), Venecia (1995 y 2007), Valencia (2001), São Paulo (2002) y en la Documenta (2007). Su estilo va de un intencionado minimalismo a las piezas a gran escala, revisando algunos autores de la historia del arte del siglo XX, como Rembrandt, a quien versiona en sus dibujos, o Málevich, como en la instalación Parallax que mostró en la Bienal de Arte Contemporáneo de Moscú de 2009.
4. VIKTOR ALIMPIEV (Moscú, 1973) combina diferentes disciplinas artísticas en sus obras cinematográficas: artes visuales, música, teatro y danza. En sus vídeos trabaja especialmente con la figura humana, siempre en masa, que acaba adoptando el rol de una escultura que desempeña un papel vital en su trabajo. Entre sus exposiciones actuales está Modernikon. Contemporary Art from Russia, en la Fundación Sandretto Re Rebaudengo, en Turín.
5. IRINA KORINA (Moscú, 1977) Con sólo 33 años, Korina ha tenido ya su primera retrospectiva en el Moscow Museum of Contemporary Art y ha representado a Rusia en la 53 edición de la Bienal de Venecia. Es una de las artistas más sorprendentes que sigue la estela desarrollada por Ilya Kabakov, tanto en su género de la “instalación total”, como en su examen minucioso del entorno cotidiano. Formada como diseñadora teatral tiene una importante percepción del espacio.
6. YURI ALBERT (Moscú, 1959) vive a caballo entre Colonia y Moscú y es uno de los conceptuales rusos de referencia. El propio artista define sus obras como “metapinturas”. Buen ejemplo de ello es Pintura para ciegos (1988), un lienzo pintado con tonos oscuros con escritura en Braille donde la idea de “pintura” contradice la idea de “ceguera”. Es un nombre habitual en exposiciones sobre arte ruso contemporáneo como History of Russian Video Art, en el Moscow Museum of Modern Art, o Contrepoint, celebrada en el Louvre parisino en 2010.
7. KONSTANTIN ZVEZHOCHETOV (Moscú, 1958) fue miembro del colectivo Mokhomor, convirtiéndose en uno de los artistas más brillantes del arte ruso de los ochenta. Sus pinturas de tierras desoladas de Rusia son las alusiones a territorios lejanos, desconocidos e incluso ficticios. Está representado por cuatro galerías, tres de ellas rusas y sus obras forman parte de las mejores colecciones de arte ruso.
8. OLGA CHERNYSHEVA (Moscú, 1962). Sus películas, fotografías, dibujos y trabajos basados en objetos trascienden su función documental para, de manera lírica, hablar sobre el individuo y su capacidad de autosuficiencia, así como para meditar sobre el papel del artista. El último de sus proyectos ha sido su participación en la Bienal de Berlín de 2010, aunque su trabajo ha pasado por las salas de museos como el MoMA y el Guggenheim de Nueva York así como en el pabellón ruso en la Bienal de Venecia de 2001.
9. VADIM ZAKHAROV (Dushanbe,1954) tiene un perfil singular. Es artista, editor y coleccionista. En 2008 llegó a nuestro país con la revisión de arte conceptual ruso que hizo la Fundación Juan March. Un año después, en 2009, fue el ganador de los 40.000 euros que otorga el Kandisnky Prize, uno de los premios más prestigioso en Rusia. Los iconos de la vanguardia rusa son claves en sus objetos y esculturas siempre cargados de un ácido humor negro.
10. PAVEL PEPPERSTEIN (Moscú, 1966) fue uno de los impulsores del grupo Inspection Medical Hermeneutics, llamados los “hermenéuticos” y descritos como un colectivo “psicodélico, discursivo, semi-científico, romántico y conceptual”. Es uno de los “chicos malos” del arte contermporáneo ruso que, en su habitual periplo por bienales y exposiciones internacionales, pasó por España en 2008 con una exposición en la galería Kewenig, de Palma de Mallorca. En 2010, formó parte de la exposición Futurologia en el centro Garage, el más importante en Moscú.
Fuente: http://ow.ly/JkyS307PE6I
La Argentina, con el mejor nivel de inglés de América latina
Cuando María Lila Saccani, de 45 años, viaja al exterior, no necesita traductores ni diccionarios para comunicarse en inglés, tampoco de la ayuda de sus hijas adolescentes.…
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Haber rendido el First Certificate in English en 2010 le dio la seguridad suficiente para manejarse con soltura en ese idioma. Ahora practica con películas o clases de conversación. Como ella, son muchos los argentinos que manejan un alto nivel de inglés. Eso arrojó un estudio dado a conocer ayer por EF EPI (Education First English Proficiency Index) realizado en 72 países y sobre casi un millón de personas, y que estableció que la Argentina posee el mejor nivel de esa lengua en América latina y que ocupa el puesto 19 a nivel mundial.
El índice EF fue presentado ayer en Buenos Aires por su director de desarrollo académico, con sede en Suiza, Giorgio Iemmolo. En conversación con LA NACION, Iemmolo explicó que lo que diferencia al país de los demás es el nivel de inglés de sus profesores: “Estuve visitando algunos colegios privados de Buenos Aires y La Plata porque quería ver con mis ojos la realidad de la enseñanza de inglés en la Argentina. En general han hecho un trabajo muy bueno en la formación de los profesores, esa es la base para mejorar el inglés en un país. Aquí hay programas muy rigurosos, han dado resultados muy buenos y todos los países latinoamericanos deberían seguir esa dirección”.
Para el profesor de inglés Eduardo Lozano, que dirige el instituto Grape House, en La Plata, el nivel local es muy bueno “en comparación con otros países”. “Sobre todo el de quienes estudian en institutos o colegios bilingües, pero no así el de quienes estudian en colegios no bilingües. Ahí, el nivel siempre ha sido malo. Hay un sistema que falla”, explicó. En la Argentina se destaca el nivel de las regiones Pampeana y Patagónica. En cuanto a las ciudades, Rosario, La Plata y Buenos Aires están en la cabecera, seguidas por Mar del Plata y Córdoba.
El estudio advirtió que, a diferencia de la tendencia global, los argentinos entre 35 y 54 años son más competentes en el manejo de ese idioma que jóvenes estudiantes y profesionales. Y que “de los 14 países de América latina incluidos en el índice de este año, todos, excepto la Argentina y República Dominicana, cayeron a la banda del nivel más bajo” en esta edición. Para EF, tener un nivel alto implica poder hacer una presentación en el trabajo usando ese idioma, comprender programas de televisión o poder leer un diario sin mayor dificultad.
El Salvador, Venezuela, Guatemala, Panamá y Colombia, en ese orden, son los países del sur con el nivel más bajo de la región. A nivel mundial, Holanda, Dinamarca y Suecia se ubican en los primeros tres lugares, respectivamente.
La argentina Virginia Bruno, de 26 años, realiza el programa Au pair en Holanda: vive junto a una familia de Haarlem y les enseña inglés a tres chicos de 3, 5 y 7 años. Bruno explicó que allí, el manejo de ese idioma es muy bueno. “Los holandeses hablan muy bien inglés, creo que eso surgió porque al ser éste un país muy chico necesitaba comunicarse con el resto del mundo. Además de inglés, que es obligatorio en los colegios públicos, deben estudiar un tercer idioma”, afirmó. Según contó, el nivel educativo no es determinante para hablar inglés. “Lo hablan desde un empresario hasta un cajero de supermercado y tienen pronunciación británica”, agregó.
El índice internacional en números
1°
En América latina
En 2011, 2012 y 2013, la Argentina contaba con un nivel de inglés medio, y si bien en 2014 pasó a tener un nivel alto, recién en 2015 se posicionó como el de mejor nivel de la región. Hoy se mantiene en ese puesto
19°
A nivel mundial
Según el estudio, el nivel de la Argentina es alto. Obtuvo un 58.40% sobre 100% en la clasificación EPI, con una posición más alta que Brasil y España.
59,38%
Sobresalen las mujeres
Con un 59,38% sobre 100%, las argentinas están mejor calificadas que los hombres, que obtuvieron un 57,34%
fuente: http://www.lanacion.com.ar/1956609-la-argentina-con-el-mejor-nivel-de-ingles-de-america-latina
¿Por qué es tan cara la fruta en Japón?
Desde hace mucho tiempo se dice que la fruta japonesa es deliciosa pero cara. Hay incluso quienes piden que se comercialice a un precio menor, dado que no importa que no tenga la forma perfecta. En esta ocasión, presentamos algunos aspectos que marcan la diferencia entre la producción de fruta en el extranjero y en Japón, donde existe una larga tradición de ofrecerla como obsequio.…
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La fruta, ¿una joya?
Existen ligeras diferencias entre las fruterías de Japón y la manera en la que se comercializa la fruta al peso en el extranjero. En el archipiélago nipón, por ejemplo, hay comercios con una larga historia de venta de fruta de primera calidad que exhiben en sus escaparates sus productos protegidos por una malla de espuma y concebidos para ser ofrecidos como regalo. Además, no resulta raro encontrar sandías con forma triangular o de corazón. Las personas que proceden de otros países se preguntan, sorprendidas, por qué la fruta es tan cara en Japón.
En el barrio tokiota de Nihonbashi se ubica el primer establecimiento de las fruterías Senbiki-ya, cuya belleza no dista de la que se puede apreciar al entrar en una joyería. Allí encontramos melones cantalupos –musk melon en japonés– comparables al jade y que desprenden una fragancia digna de su nombre (musk significa “almizcle”); su precio oscila entre los 14.000 y los 21.600 yenes la pieza. Además, se venden uvas de la variedad Seto Giants, brillantes como las esmeraldas, a 12.960 yenes por racimo. Tanto el brillo como el precio son equiparables al de una piedra preciosa.
En su obra Dave Barry does Japan (Dave Barry en Japón), el columnista estadounidense no oculta su sorpresa ante el precio de los melones en unos grandes almacenes japoneses, 75 dólares la pieza (en aquel entonces, en 1992, unos 8.000 yenes), y comenta su aspecto delicioso y presentación en una hermosa caja de madera. A este respecto, menciona una faceta de los modales locales a la hora de hacer un regalo. Se trata de ofrecer el obsequio diciendo tsumaranai mono desu ga, que podría traducirse como “No es más que un detalle” o “He aquí un pequeño obsequio”. En este sentido, señala que la actitud de los estadounidenses sería totalmente la contraria, ya que la persona que hace el regalo probablemente diría, mientras el receptor lo abre, algo así como “No te imaginas lo que ha costado este melón”. El autor escribe también que un gesto así es difícil de olvidar, de ahí que años después, en una fiesta, uno quisiera presentarse de la siguiente forma: “¡Hola! Me llamo Bob y una vez regalé un melón que costaba 75 dólares”.
El 98 % de las ventas de Senbiki-ya, que lleva 182 años ofreciendo sus servicios, corresponden a obsequios, cuyo requisito mínimo es que, además de un buen sabor, tengan un buen aspecto. Su cartera de clientes es diversa: organismos públicos, firmas comerciales, bancos, personas dedicadas a la ingeniería civil y la arquitectura… Cuentan incluso que tienen un cliente de Oriente Medio que llega mensualmente en su jet privado para comprar la fruta de temporada, tras haber recibido un melón cantalupo como regalo de parte de un japonés.
Ōshima Ushio, responsable de la División de Planificación y Desarrollo de Senbiki-ya, afirma con orgullo que la fruta de Japón es, sin duda alguna, la mejor del mundo en calidad y sabor.
En el establecimiento, Nazar Mohammad, un abogado británico que se encuentra de viaje de negocios en Japón, comenta los productos: “Es cierto que son caras, pero nunca había visto unas uvas tan grandes y ordenadas. Compraré una caja para probarlas después”. Al ver los melocotones blancos, a 3.780 yenes la pieza, se sorprende: “En Harrods cuestan 5 libras como mucho [unos 650 yenes]. Por el precio de uno de estos melocotones se puede comprar 30 en un supermercado de venta al por mayor”.
“Compramos fruta también en el Mercado Central Metropolitano de Tokio de Venta al Por Mayor, pero la forma de comprarla es diferente de la de Senbiki-ya”, afirma Hashimoto Yoshihei, que regenta con su familia una frutería, que abrieron sus abuelos, en las inmediaciones de la estación de Zushi, a una hora en tren al sur de Tokio. “Nosotros compramos una caja de fruta en buen estado, pero Senbiki-ya encarga una caja de selección a un productor mediano de entre una treintena de cajas”, explica el comerciante, de 73 años.
La fruta, un dulce jugoso
Desde tiempos antiguos, en la cocina tradicional conocida como kaiseki ryōri, la fruta se denominamizugashi –dulce jugoso– y se la considera como un dulce; en esta categoría destacan frutas jugosas como el melocotón, la pera, la uva y el caqui por su peculiar aroma dulce. Por otra parte, desde los primeros años del período Edo, existe la costumbre de regalar fruta de primera calidad para celebrar el paso de las estaciones: el ochūgen, a mediados de año, y el oseibo, en diciembre.
Hasta entrar en el período de crecimiento acelerado en Japón, la fruta se concebía como un artículo de lujo que se consumía en ocasiones especiales; sin embargo, en los últimos años la occidentalización de los hábitos alimentarios la ha convertido en producto necesario que engalana la mesa. Con todo, según datos del Ministerio nipón de Agricultura, Silvicultura y Pesca recabados en 2011, el consumo de fruta por habitante fue de 149 kilogramos en Italia y de 116,1 kg en Francia, mientras que en Japón se situó en 50,9 kilos, un escaso 50 % con respecto a las naciones europeas.
Un producto necesario para el consumo de vitaminas y agua en Europa
El investigador japonés Sasaki Shigeyuki, de Takasago Internacional Corporation, afirmó en 2008 que en los países europeos abunda el agua calcárea, no apta para el consumo, y que a lo largo del año fueron escasos los cultivos que se convierten en fuente de vitaminas, motivo por el cual la fruta, rica en agua, minerales y vitaminas, pasó a ser considerada un producto necesario para la vida diaria.
“No existe la costumbre de regalar fruta de primera calidad, dado que el concepto que se tiene de la fruta en términos culturales difiere de la visión de Japón”, explica Higashino Akihiro, del Ministerio japonés de Agricultura, Silvicultura y Pesca. En el caso de los monocultivos, la producción se centra en un solo artículo y se lleva a cabo en terrenos relativamente extensos y en grandes cantidades. Cuando la cosecha se destina a la elaboración de vino o de conservas como la mermelada y los frutos secos, no se otorga tanta importancia al aspecto. De este modo, en 2010 la extensión de los terrenos dedicados al cultivo de fruta en Francia era de unas 29 hectáreas, si bien recientemente son cada vez más explotaciones de gran envergadura que superan las 100 hectáreas.
Por el contrario, el territorio nacional de Japón es estrecho y alargado, y cerca del 80 % del terreno lo ocupan montañas. En el año fiscal 2010, la superficie media empleada por una entidad de explotación agrícola fue de 2,2 hectáreas; y el 85 % del cultivo de árboles frutales, una tarea laboriosa, se realizaba en terrenos de menos de 2 hectáreas. En el cultivo de frutas es necesario, en muchas ocasiones, emplear técnicas avanzadas para realizar labores difíciles con la ayuda de máquinas y para la poda, de ahí que se trate de una actividad intensa. Entre los productores japoneses dedicados al sector frutícola abundan las explotaciones familiares de pequeño tamaño; por consiguiente, si se quiere aumentar la rentabilidad, a la fuerza se invierte tiempo en cultivar productos de buen aspecto y sabor y alto precio. Por ejemplo, en el caso de los melones cantalupos, su aroma se potencia gracias a que se trabaja para dejar solo una pieza por árbol y poder concentrarse así en el cuidado de esta. La humedad característica de la lluvia por la que se caracteriza el clima de Japón se traduce también en un agua de buena calidad, de ahí que la fruta haya pasado a considerarse más bien como un pequeño placer.
En los últimos años, la fruta japonesa, resultado de la perseverancia de los agricultores locales, ha cobrado fama de producto de lujo. “Si se compara los ingresos por exportación de frutas como la manzana, la pera, el melocotón, la mandarina, la fresa, la uva o el caqui correspondientes al ejercicio fiscal de 2006 con los del de 2015 el dato se ha duplicado hasta alcanzar los 18.000 millones de yenes”, afirma Higashino.
De postre, fruta
No obstante, hay quienes consideran que no es necesario gastar tanto dinero para consumir fruta, así como a quienes no les importa que la fruta tenga buena forma y por lo tanto desean que su precio sea más bajo.
“La manera de comprar varía en función de los valores del cliente. Son muchos los que compran una pieza por 200 o 300 yenes como si se tratara de un pastel”, explica Hashimoto. En su establecimiento, seis manzanas de la variedad Fuji cuestan 850 yenes, mientras que por 600 se puede adquirir cinco naranjas. No se trata de precios totalmente prohibitivos. No obstante, queda claro que son muchos los clientes que ven la fruta como un postre.
La fruta fresca de temporada es un regalo propio de cada estación. Sin embargo, es posible que los productos que ofrece un comercio de larga tradición como Senbiki-ya, envueltos en un pañuelo de seda y guardados en una caja de madera, desempeñen un papel diferente del de las frutas que se sirven a diario en los hogares japoneses.
Imagen de la cabecera: Un dependiente de la primera tienda de Senbiki-ya, en Nihonbashi, sostiene una caja con un melón cantalupo.
Fotografías: Kodera Kei
Texto: Doi Emiko, de la redacción de Nippon.com
(Traducción al español del original en japonés)
fuente:http://www.nippon.com/es/views/b06001/
El CUI gano el "PREMIO A LA EXCELENCIA EXPORTADORA 2010"
El Centro Universitario de Idiomas fue galardonado con el "Premio a la Excelencia Exportadora La Nación-Banco Galicia 2010". La ceremonia de entrega se realizó el miércoles 2 de junio en el Restaurante Central de La Rural y contó con la pesencia de tres miembros del Consejo Directivo de nuestra institución: Beatriz Villarruel (Directora General), Carlos Bell(Director Ejecutivo) y Teresa Davis (Directora Académica)...
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El CUI se llevó el reconocimiento correspondiente a la categoría “Exportación de servicios más innovadora”, uno de los nueve rubros estipulados por la organización del evento.
“Este premio es muy importante y alentador para nosotros. Nos da impulso para seguir adelante en la difícil tarea de acceder a los mercados externos. El CUI exporta el idioma castellano-rioplatense. Y siempre es un orgullo exportar lo más representativo para un país: su idioma”, destacó Beatriz Villarruel.
El “Premio a la Excelencia Exportadora” comenzó a entregarse en 2005 y tiene como objetivo reconocer públicamente los esfuerzos y logros de empresas argentinas por mejorar el perfil competitivo de sus productos o servicios en el mercado mundial.
Cuenta la historia, que a fines del invierno alemán, algunas lavanderas cansadas de no poder participar en el carnaval que era exclusivo para hombres dejaron sus ropas a orillas del río Rin (en alemán: Rhein) y se sumaron a celebrar. Además, aprovecharon para reclamar por las 16 horas de trabajo que debían cumplir, los abusos conyugales y que los hombres consumían demasiado alcohol.
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En la actualidad, en el mes de febrero, las mujeres de Bonn son homenajeadas con el "Weiberfastnacht", y luego de que el Alcalde de Colonia les entregue las llaves de esta ciudad, tomarán el poder, por un día y simbólicamente, dando inicio a la fiesta más divertida de este país. Pero si llevas corbata ten cuidado en este día las mujeres pueden entrar a cualquier institución pública, ya sea correos, una empresa, el ayuntamiento o un ministerio del gobierno y tijera en mano ir cortando corbatas por doquier. No te preocupes pues lo harán con mucho humor.
Sin embargo el puntapié inicial de esta celebración es en la particular fecha y hora del 11/11 a las 11 y 11 en el Alter Markt (en español Mercado Viejo) en donde la ciudad se llena de color, disfraces y mucha cerveza. A partir de esta fecha empezarán a preparar las carrozas y disfraces que desfilarán en febrero. Es por esto que los alemanes llaman a esta época del año como "la quinta estación".
Hace ya 180 años que en las ciudades alemanas que bordean el río Rin (Basel, Mainz y Köln) festejan el carnaval y cada uno con su particularidad y tradición.
El Carnaval de Colonia (en alemán: Kölner Karneval) comenzará este año el jueves 20 de febrero y durará hasta el 28 del mismo. Solo basta un disfraz y dejarse llevar por las calles anchas de una ciudad con edificios bajos y techos de tejas coloniales. Alemanes y miles de turistas festejan desde horas tempranas hasta terminar el día brindando en algún pub del lugar.
Es muy importante saber que si vas al Carnaval de Colonia deberás aprender las palabras "¡Kamelle! Kamelle!" que en castellano significa ¡Caramelos! ¡Caramelos! Porque al lunes de la semana de carnaval los alemanes la llaman "Rosenmontag" ("lunes de rosas") y es en ese día cuando vuelan desde los carros alegóricos cerca de 140 toneladas de dulces hacia los espectadores. Eso sí, solo si gritas bien fuerte "¡Kamelle! Kamelle!"
En el Carnaval de Colonia no hay forma de sentirse solo. Es una gran ciudad unida en un enorme festejo en donde todos quieren su foto frente a la Catedral para llevarse el recuerdo de un hermoso momento.